Grayson Play-Lab, el patio de recreo para adolescentes

Con la idea de potenciar las clases en el exterior de una forma lo más lúdica posible, Matter Design ha creado Grayson Play-Lab a modo de «laboratorio recreativo» para estudiantes. Lo insólito es que la instalación está pensada para alumnos de secundaria, no para niños pequeños. Y es que ellos también tienen derecho a disfrutar de un playground adaptado a sus intereses.

Grayson Play-Lab en Filadelfia

Cuerdas, ganchos, poleas, rocas o tirachinas de gran formato son algunos de los elementos que componen Grayson Play-Lab, el laboratorio lúdico que Matter Design ha creado para la Escuela Grayson de Filadelfia. Un universo de diversión y aprendizaje al aire libre destinado a ‘young-adults’.

Grayson Play-Lab en Filadelfia

La idea surge a raíz de la vuelta al cole tras la pandemia, el pasado mes de septiembre. Con el propósito de trasladar las clases fuera de las aulas, en espacios totalmente ventilados, el estudio dirigido por Brandon Clifford ha proyectado un patio muy estimulante como alternativa a las aulas pre-pandémicas. Siguiendo las recomendaciones de maximizar la distancia física entre alumnos, los diseñadores han traspasado todos los límites para plantear una nueva modalidad de aprendizaje.

Integración del juego durante la adolescencia

De la misma manera que en la educación infantil y primaria se incorpora el juego imaginativo como parte del desarrollo cognitivo, Matter Design ha querido hacer el paralelismo con chavales más mayores. Y, más allá de las causas pandémicas, el experimento también quiere marcar una hipótesis sobre al importancia del juego durante el período de crecimiento y desarrollo del adolescente. Hasta ahora, durante la primera infancia el juego se ha centrado en actividades físicas como columpios, toboganes o barras; y, en el caso de los jóvenes, su imaginación se suele desplegar de manera más sedentaria, a través de desafíos intelectuales. Por este motivo, Grayson Play-Lab quiere convertirse en un nuevo modelo para integrar el juego en la educación secundaria.

Estructuras y accesorios

La idea principal es convertir el playground en una plataforma que alimente la imaginación y la creatividad de los alumnos mediante un plan de estudios en proyectos. ¿Cómo? A través de elementos ubicados en un paisaje abierto. Las estructuras, que incluyen colores, texturas y materiales reconocibles, invitan a jugar y relacionarse. En ellas se incorporan una serie de detalles tipo anclajes para atar cuerdas o poleas. Todo está diseñado para aguantar carga, al tiempo que son suficientemente flexibles para permitir que estudiantes y maestros den rienda suelta a sus experimentos físicos. Es una forma diferente de vivir la trigonometría o el cosmos dentro del propio plan de estudios de la escuela.

Después, a lo largo del curso, los estudiantes deben ir descifrando el significado oculto tras cada decisión, cada diseño, calcular sus coordenadas, hacer ejercicios de lógica… Al fin y al cabo, el concepto del laboratorio es aportar las herramientas que formen una buena base para el desarrollo de los estudiantes en un mundo que no necesita depender de resultados deterministas. Cuanto más tiempo se pasa en el laboratorio recreativo, más se avanza en dicha comprensión del mundo.

Nuevas fórmulas educativas

Aquí se tiene muy presente que el juego es un componente esencial en la educación, a cualquier edad. Y han comprobado que cuando los estudiantes participan en el juego, dan rienda suelta a la creatividad y a la resolución de problemas, experimentan alegría, desarrollan la perseverancia y el trabajo en equipo. Esto demuestra la importancia del aprendizaje lúdico y anima a seguir re-imaginando nuevas fórmulas de educación.

Fotos © Ally O’Rourke-Barrett & Brandon Clifford

Deja un comentarioCancelar respuesta

Salir de la versión móvil