LAMAstudio toma como referencia el mobiliario que la arquitecta italiana Lina Bo Bardi creó para el famoso edificio Sesc-Pompeia, así como los juguetes de la diseñadora de la Bauhaus Alma Siedhoff-Buscher, para proyectar la zona infantil de la Fundació Joan Miró. Una propuesta flexible y polivalente donde los niños pueden jugar, descansar o leer.
Encajar en un edificio icónico
El encargo no era fácil. La arquitecta Laia Freixes y la interiorista Marta Bartolomé, al frente LAMAstudio, debían diseñar una zona familiar en el edificio de la Fundació Joan Miró de Barcelona, proyectado por Josep Lluís Sert. Una construcción icónica y con una identidad muy marcada. El joven estudio barcelonés halló la clave en la obra de otras dos célebres arquitectas y diseñadoras: Lina Bo Bardi y Alma Siedhoff-Buscher. De la primera tomaron como referencia el mobiliario que proyectó para el SESC Pompéia, un centro cultural y deportivo situado en São Paulo, de estilo brutalista, que albergó una fábrica de barriles hasta los años setenta. De la segunda, su mobiliario y sus famosos juguetes de madera, en especial, el más conocido: Kleine Schiffbauspiel (pequeño juego de construcción de barcos), que creó en 1923.


Con estos referentes, consiguieron diseñar una intervención que no solo no desentona, sino que encaja a la perfección con los grandes lucernarios, el suelo cerámico, las paredes blancas y la simplicidad de las formas y volúmenes de Sert.

Zona infantil
La zona familiar se sitúa en un espacio totalmente diáfano, en la sala de transición entre la exposición temporal y la permanente, que da acceso a las grandes azoteas de la Fundació. El encargo era crear piezas totalmente polivalentes y fáciles de mover para crear un área de descanso, consulta, juegos y lectura dirigido al público familiar. Un espacio participativo, didáctico y lúdico para los niños.

El estudio debía trabajar sobre dos ejes. Por un lado, la movilidad. La intervención debía ser totalmente exenta, con elementos ligeros, móviles e independientes. Además, debían respetar la concepción original del espacio y no interferir en la arquitectura y materialidad del entorno. Por el otro, la flexibilidad. Todas las piezas tenían que ser dinámicas y adaptables a distintos usos según las actividades y eventos que se celebran en el espacio.
Con estas premisas, LAMAstudio optó por diseñar cubos de madera cuyo interior almacena mobiliario, cajones, juguetes y libros. Para la zona de descanso, sofás con colchones modulares. Y para acompañar la transición de un espacio a otro, proyectaron un gran mural participativo a lo largo de la pared. Sobre unos paneles metálicos, grandes y pequeños pueden jugar con piezas imantadas y crear distintas formas.

Cubos modulares
Los módulos son de 90×90 cm e incorporan ruedas, para facilitar su libre movimiento por el espacio. Son totalmente versátiles. Funcionan a modo de expositores de catálogos, consulta de libros o incluso para exponer objetos de la tienda. En su interior albergan diferentes piezas de mobiliario infantil y las cajas para juguetes. Todo está diseñado a medida para encajar perfectamente y facilitar el almacenaje.


El mobiliario lo compone un único elemento, versátil en funciones. Tan pronto te sirve de silla, como de mesa, según la posición en la que se use. Es de DM natural, barnizado para darle mayor resistencia y con algunas caras esmaltadas en los colores mironianos. Simple, pero eficaz, resolutivo y estéticamente atractivo.

Zona de descanso y juego
Sobre una base de DM lacada en blanco, el estudio colocó colchones modulares de diferentes tamaños. Pueden moverse y colocarse en distintas posiciones, incluso estirarlos en el suelo para ampliar el área de juego.

Justo enfrente, situaron una gran alfombra vinílica de color rojo. Sobre ella se pueden esparcir libremente los juegos y el mobiliario, creando un playground cómodo que, a la vez, es fácil de recoger y limpiar.

El mural metálico
La zona de paso entre la exposición temporal y la permanente también merecía su atención. En lugar de dejarla simplemente blanca, LAMAstudio decidió animarla con un gran mural metálico. Sobre las planchas, de color blanco, hay un montón de piezas geométricas imantadas, de colores. Con ellas, niños y adultos pueden jugar a hacer sus propias creatividades a lo Joan Miró.



Fotografías © Laia Gutiérrez
Un comentario en “Lina Bo Bardi y Alma Siedhoff-Buscher inspiran la zona infantil de la Fundació Miró”