Luces de neón. Tubos a rayas rojas y blancas. Espirales. Engranajes. Espejos. El clásico carrito para helados. Y magia. Mucha magia. Las heladerías Rocambolesc, proyectadas por Tarruella Trenchs Studio, son pura fantasía.
¡Bienvenidos a la fábrica de helados!
Entrar en Rocambolesc es sumergirse en el mágico mundo de Roald Dahl. Su interiorismo nos traslada a la fantasía de las clásicas heladerías de antaño, updated al S.XIX. Los colores y formas elegidas por el estudio de Sandra Tarruella y Ricard Trenchs invitan a una suerte de Fábrica de Chocolate en la que uno espera cruzarse con Willy Wonka o algún que otro Oompa-Loompa en cualquier momento.

Un proyecto de Jordi Roca
Rocambolesc fue la primera heladería «de autor». Tarruella Trenchs la concibieron como un espacio donde experimentar los postres del Celler de Can Roca. Para ello realizaron una retrospectiva a los orígenes de las antiguas heladerías, donde la diversión es la principal protagonista.

Detalles mágicos
Madera de roble, hierro natural y una gran pared que simula una fábrica de helados. Luces, sonidos y movimiento se ponen en marcha con cada pedido. Las terrinas, bolsas, cucharillas y servilletas se sirven a través de dispensadores, creando un mundo mágico entre toppings y cucuruchos.


Colaboradores de lujo
El proyecto ha contado con la colaboración de Andreu Carulla, un cómplice habitual de los hermanos Roca. El diseñador de Banyoles es el artífice del carro-mostrador. En cuánto al branding, ha ido a cargo de Run Design.


En Girona, BCN, MAD y Alicante
La primera heladería Rocambolesc abrió en Girona en el año 2012. Hoy cuenta con tres establecimientos más. En Barcelona, Rocambolesc se haya junto al emblemático Gran Teatre del Liceu, en Las Ramblas. En Alicante y Madrid, dadas las características de los espacios, el estudio de interiorismo mantuvo la misma estética, incorporando elementos propios del teatro de la Bauhaus, como formas geométricas puras y colores.


Y, por descontado, todo ello viene acompañado por lo más importante: deliciosos helados de sorprendentes sabores, polos, sorbetes y toppings high quality.


Calle Santa Clara 50, Girona.
La Rambla, 51-59, Barcelona.
Calle de Serrano, 52, Madrid
Calle Federico Soto, 1, Alicante
Fotografía © Meritxell Arjalaguer; Salva Lopez
Un comentario en “Una heladería de cuento”